La Catedral de Cádiz es un edificio de estilo Barroco y Neoclásico.
Recibe el nombre de la "Santa Cruz sobre el Mar" o "Santa Cruz sobre las Aguas", aunque los gaditanos la denominan catedral Nueva en contraposición a la catedral Vieja, edificada en el siglo XVI sobre la antigua catedral gótica mandada construir por Alfonso X El Sabio.
Está situada en el centro histórico de Cádiz, casi al borde del mar, y es visible desde casi cualquier punto de la ciudad.
La decisión de sustituir la antigua catedral por una nueva se debió a dos circunstancias principales: el deficiente estado de conservación de la primera, y el deseo de contar con un espacio más monumental y representativo en consonancia con la importancia que había adquirido Cádiz con el traslado de la Casa de Contratación a esta ciudad desde Sevilla en el año 1717.
116 años duró su construcción.
Los materiales que se emplearon fueron muy variados, debido a las varias crisis económicas a las que tuvo que hacer frente la ciudad; así se puede observar mármol genovés para los diferentes altares y puertas, jaspe, y piedra caliza y piedra ostionera para los muros exteriores.
Fue el obispo fray Domingo de Silos Moreno quien la bendijo en 1838. A causa del retraso de las obras, muchas partes del templo quedaron expuestas a los rigores del tiempo. Esto y la situación misma del edificio junto al mar ha provocado una enfermedad en la piedra que hace que ésta se vaya desmoronando poco a poco; es por ello por lo que las bóvedas del templo están cubiertas por redes que evitan que los cascotes caigan al suelo.
La portada principal es una conjunción de formas cóncavas y convexas, característica del estilo barroco. Las torres que se levantan a ambos lados de la portada culminan en forma de observatorio astronómico; es un hecho excepcional que la Catedral posea campanarios de tal altura, puesto que estaba prohibido por los Borbones la construcción de tales estructuras, al constituir un blanco fácil para el enemigo.